lunes, 14 de noviembre de 2011

Las apariencias engañan

Hoy voy a contar una de esas cosas muyyyy básicas (¿me dio la idea de escribirlo el libro de Sergio de los Santos? No lo se, pero esto yo ya lo conocía de hace... 10 años). Al menos en teoría. A ver. Un sondeo: ¿cuántos de vosotros tenéis activadas ahora mismo la visualización de las extensiones de los ficheros? ¡¡Así me gusta!! ¡¡Que todos las tengáis activadas!! ¿Por qué?

Bueno. Vamos ver. Como norma general, un fichero con una extensión tiene asociado un programa. ¿Verdad? Y cómo identificamos qué programa nos abrirá ese fichero. Mediante dos cosas. Una, será el icono que tenga ese "archivo". Otra, las extensiones, que nos dirán de qué tipo se espera que sea. ¿Qué nos podemos encontrar? Nos podemos encontrar con varios escenarios.

Escenario 1

Tenemos un fichero, que parece que es un .doc por su icono, y que tiene una extensión .exe. Con las extensiones activadas no hay problema. Nos llama la atención y lo primero que hacemos es cercenarlo. La otra posibilidad es que no estén activas. Nos parezca que sea un word, lo ejecutemos, todos muy inocentes, y nos comamos un bicho como una catedral.

Escenario 2

Tenemos un fichero, que su icono es raro, y que tiene una extensión .exe. Aquí poco se puede decir. Cada programa tiene un icono de su padre y de su madre. Puede ser bueno, puede ser malo. La verdad, se me acaba de ocurrir esta posibilidad y no la tenía planteada. Tendremos que tener en cuenta de dónde lo obtenido, si sabemos qué es o no lo sabemos, qué privilegios va a necesitar y si son necesarios... Cosas como mínimo básicas para tomar la decisión de ejecutarlo o no. Evidentemente, si las extensiones están ocultas... No hay mucho más que decir, ¿verdad?

Escenario 3


Tenemos un fichero, que su extensión es .mp3 y su icono no corresponde con tu reproductor. O .doc y no corresponde con el Office. Sin extensiones visibles, no sabes qué vas a abrir (sigue leeeyeeendoo). Con extensiones: verás que se supone que esos ficheros pertenecen a unos datos en concreto, ya sea música o un fichero con texto formateado. ¿Posibilidades aquí? Se me ocurren: Que hayan hecho algún cambio en el icono. Creo recordar que se podía hacer de manera individual, pero no me acuerdo muy bien cómo, la verdad. La otra posibilidad, más plausible, es que en el sistema se haya indicado que sea otro programa el que lo abra y éste haya cambiado los iconos asociados. ¿Has sido tú, expresamente, el que ha permitido ese cambio? Si no lo has hecho tú...

Escenario 4


Tenemos un fichero, cuya extensión es .doc y su icono es... el de Word. Sin extensiones: lo más probable es que abras el Office, ¿Seguro que es un Word y no alguna de las otras posibilidades comentada más arriba? Si ves la extensión, sabrás que se debería de abrir el mencionado paquete de ofimática.

Escenario 5


Este tiene su miga. Si ves un fichero cuya extensión es .doc.exe, .mp3.exe, etc, etc... con mucho cuidado de no hacer doble click, eliminas esos ficheros.

Todo esto se aplica bastante en Windows. El otro sistema operativo que conozco es Linux. Hace tiempo que no lo toco, pero ya se sabe que en éste las extensiones no tienen nada que ver. Un simple permiso de ejecución, una aplicación (o la shell) y ya esta!

Seguro que me dejo más ejemplos en el tintero. Ya sabéis que me gustan las ideas, réplicas... Era un tema que se me ocurrió hace unos días del que podía hablar. Tal y como comento al principio del post, es algo bien sabido, pero a veces se nos puede escapar. O a alguien, por mucho que sepa, puede no haber caído. ¿O es que todos somos perfectos?

1 comentario:

  1. yo tengo las extensiones activadas siempre. Odio no ver la extensión de los ficheros ya no solo por el tema de los virus y que nos quieran dar gato por liebre sino que me parece más práctico. Además es un lío tener dos ficheros iguales, por ejemplo, si tienes dos versiones de una cancion, una en mp3 y otra en ac3 no sabes cual es cual.

    Otra cosa que siempre quito es eso de "Ocultar archivos de sistema". En mi ordenador quiero verlo todo jeje :D

    Buen artículo, espero que la gente termine de concienciarse de estas cosas que, pese a que parecen obvias la gente pasa un kilo de todo.

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